Del Poble al món

Como convertimos una pizzería en un garaje a una cadena con 35 locales y 10M de facturación

Conocí a Rubén en el verano del 2013, nos enamoramos y en 2014 me fui con él a vivir a Brasil, país en el que él residía y trabajaba en aquel periodo. Casi un año más tarde, volvimos a España y nos instalamos en Almoines, un pequeño pueblo aledaño a Gandia, nuestra ciudad natal.

Montamos nuestra primera pizzería en el Real de Gandia, municipio de apenas 2000 habitantes en el que yo he crecido y viven mis padres.

El primer Del Poble en el Real de Gandia, 2015

En tan solo un mes lo ejecutamos todo: búsqueda del local, permisos de licencia y obra. Así, nace Del Poble, en un pequeño y viejo garaje propiedad de un amigo al que prácticamente le rogamos que nos lo cediera. Y creedme, nunca hubiera imaginado que llegaríamos a alcanzar lo que hoy en día hemos conseguido.

Y es que los primeros meses fueron complicados, muy complicados.

Además de pizzas, nuestras madres cocinaban arroces, paellas y fideuá para vender al mediodía en raciones. Nadie nos conocía y con los vecinos del Real no facturábamos lo suficiente para poder seguir adelante mucho tiempo más.

Esperando los pedidos…

Hasta que por fin, el esmero y la constancia trajeron sus frutos y Del Poble empezó a sonar más allá de las calles del Real. El boca-oído acrecentó nuestra clientela, cada vez eran mayores las caras procedentes de los municipios contiguos. Fin de semana tras fin de semana el trabajo aumentaba significativamente, las pizzas no paraban de salir del horno, incluso hubo noches en las que nos quedamos sin producto y sin poder servir los últimos pedidos.

Pasamos de no vender apenas a exceder nuestra capacidad de producción.

Llegó el momento de abrir más pizzerías. La gente nos pedía Del Poble en sus municipios, y les hicimos caso. Gandia, Ròtova, Bellreguard... una buena parte de los pueblos de La Safor contaba con nuestros locales.

En 2018 surgió la oportunidad de dar el paso, el gran paso: abrir en la ciudad de Valencia. Así que en octubre de ese mismo año, inauguramos nuestra primera pizzería en Benimaclet, uno de los barrios con mayor número de estudiantes de la capital del Túria.

Lanzadera de Juan Roig

Al poco tiempo de abrir, llamó a nuestra puerta Toni Paños, director de proyectos de la aceleradora de Juan Roig, y en noviembre de 2018 fuimos una de las start up elegidas para entrar en Lanzadera.

El paso por esta incubadora de empresas y de emprendedores fue un hito y punto de inflexión en Del Poble. El aprendizaje y mentorización que allí recibimos fueron un impulso descomunal para nuestro desarrollo como empresa, y como personas. No existen palabras que agradezcan el exitoso beneficio que ha supuesto formar parte de este ecosistema de negocios. No pasa un día en el que tanto Rubén como yo no nos sintamos profundamente agradecidos con todo el equipo de Lanzadera por la ayuda que nos han y nos siguen brindando.

Empieza la aventura en Madrid

Pocos meses después abrimos nuestra segunda pizzería en Valencia, en la Avenida Blasco Ibáñez, y con dos locales operando en la ciudad, Deliveroo nos ofrece ser en exclusiva nuestro operador de comida a domicilio. Y pocos meses después, aterrizamos en Madrid con el proyecto de Deliveroo Editions, cocinas ciegas del gigante británico con su centro de operación en el barrio de Tetuán. Fue cuando conocimos a Jaime, responsable de liderar el lanzamiento y la operativa de las primeras dark kitchens en España.

Lanzando en Deliveroo Editions con Jaime a finales de 2018

El paso por Deliveroo Editions fue un gran aprendizaje. Formar parte de este proyecto nos permitió testar y conocer al cliente madrileño antes de desembolsar la fuerte inversión que supone abrir un primer local a ciegas. Así que en pocos meses, inauguramos nuestra primera pizzería para llevar en el barrio de Chamberí.

El covid, del terror al entusiasmo

Competir con cientos de players de la restauración organizada y grandes cadenas de pizzerías no fue tarea fácil, pero logramos posicionarnos como una de las pizzas más consumidas. Y cuando disfrutábamos de una época dulce, llegó el Covid. Creo que no he sentido tanto terror y desconcierto por la continuidad y el futuro de nuestra empresa. Pero en Del Poble, si algo nos caracteriza, es la fortaleza y la determinación por nuestro proyecto. Así que, después de unos días de escasez de información y del desconcierto de saber si se nos permitía o no seguir trabajando, vimos que cabía la posibilidad de no cesar nuestra actividad y no hubo titubeos en decidir seguir adelante. Fueron meses abrumadores y exhaustos. Nadie sabíamos a qué nos enfrentábamos, qué riesgos corríamos y cómo saldríamos de tan horrible situación. Todos los días estaban repletos de incertidumbre y significaban un nuevo reto.

Prácticamente todos los grandes players que operaban en Valencia cesaron su actividad, apenas había oferta de restaurantes y comida a domicilio en la ciudad.

No sabéis lo que esto significó. Del Poble entró en todas las casas de Valencia, y al contrario del resto de negocios de restauración, Rubén y yo proyectábamos un plan de crecimiento desde el salón de casa en pleno confinamiento. Eramos el restaurante con más ventas en toda la ciudad de Valencia.

Exclusivas que catapultan

Y llegó junio de 2020, y con él lo que para nosotros ha sido uno de los hitos más importantes de nuestra historia empresarial: Uber Eats nos quiere en exclusiva, y nos presenta una oferta, una oferta muy jugosa.

Recuerdo aquel día como si fuera hoy. Rubén y yo nos mirábamos sin poder creerlo, nunca habíamos visto una cantidad económica de esa envergadura sobre la mesa. Era viernes y debíamos esperar al lunes para revisar el contrato con nuestros abogados. “Isa, déjate de esperar tanto, no vaya a ser que durante el fin de semana se echen atrás y nos quedemos sin contrato”. Y sí, lo hicimos, aceptamos las condiciones y firmamos la propuesta sin siquiera leer la letra pequeña.

Uber vino con mucha fuerza. Abríamos locales cada dos meses. Madrid, Barcelona... Del Poble llegaba y aumentaba presencia en dos de las ciudades más vertiginosas del sector de la restauración. Con los pies en el suelo, pero con muchas ganas de alcanzar el sueño de abrir las tan deseadas 100 pizzerías. Nada nos frenaba.

Y en 2021, de nuevo, llaman a la puerta: Glovo. Después de varias reuniones y largas conversaciones, decidimos irnos con el gigante catalán. Y es de bien nacidos ser agradecidos, así que es importante mencionar que Uber fue un gran partner para Del Poble, y que gracias a su apoyo económico y personal logramos un crecimiento exponencial por el que siempre estaremos inmensamente agradecidos.

Firmando con Sacha Michaud, confundador de Glovo

Con Glovo llegamos a nuevas autonomías como Andalucía y Murcia, y por supuesto, seguimos aumentando presencia en los territorios en los que ya operábamos.

Además, alcanzamos acuerdos y sinergias con empresas como Ozone Bowling, pionera en ocio y entretenimiento, que cuenta a día de hoy con 27 bowlings repartidos por toda la geografía española en las que gestionaremos sus zonas de restauración. Y como no, nuestra reciente unión con el Villarreal C.F en su Estadio de la Cerámica, en el que gestionamos y operamos el Corner Del Poble ubicado en la primera planta del estadio con una atractiva oferta gastronómica que además de nuestras pizzas, reúne opciones como hamburguesas, perritos calientes y comida tex mex.

Del Poble hoy. Y mañana

Actualmente, Del Poble cuenta con 34 pizzerías de gestión propia y una foodtruck, más de 200 trabajadores y en 2024 cerrará con una facturación por encima de los 10M.

Si giro la vista atrás y analizo todos estos 9 años todavía siento incredulidad y vértigo al ver de dónde venimos y hasta dónde hemos llegado, y como no, todo lo que está por venir. Aquello que nació de un impulso y de forma espontánea ahora es nuestra razón de ser y motor de vida. Sin recursos, sin experiencia previa ni estructura durante los primeros años nunca nos hicieron sospechar que Del Poble hoy en día sería la empresa que es y en la que persigue convertirse. El orgullo y satisfacción que siento por la gente que nos rodea y forma nuestro equipo que hace posible nuestra actividad y el futuro de ella es descomunal. No somos muchos, pero los que estamos vivimos por y para Del Poble, y los colegas que comparten sector y dirigen negocios como el éste bien saben de lo que estoy hablando. Encontrar gente profesional y comprometida con la promesa de marca alineados a los objetivos y la velocidad que esta demanda es extremadamente complicado. Delegar es un paso que para muchos se nos hace inimaginable alcanzar, pero si tienes la suerte de nutrirte de gente mejor que tú el buen rumbo de la empresa está asegurado.

Desde 2015 nuestros hornos de leña no han parado de cocer, y queda mucho por delante, seguimos con el sueño de llegar a tener nuestras 100 pizzerías propias, reto que sabemos demanda una gran exigencia, compromiso y gran sacrificio que tanto Rubén como yo estamos dispuestos a perseguir porque, si de algo estamos completamente seguros, es que Del Poble lo va a conseguir.

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