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Cuando los pedidos se quedan sin repartidor: la otra cara del delivery
En los últimos meses, numerosos restaurantes han levantado la voz
En los últimos meses, numerosos restaurantes han levantado la voz ante una situación cada vez más común: los pedidos realizados a través de plataformas como Glovo no llegan a salir a reparto por falta de disponibilidad de riders.
En las horas de mayor demanda, esta carencia de repartidores provoca demoras, cancelaciones y, en muchos casos, incluso el cierre temporal de las tiendas virtuales de los restaurantes, limitando drásticamente su capacidad de venta.
El impacto es doble: por un lado, el cliente final sufre la frustración de no recibir su pedido a tiempo; por otro, el restaurante pierde ingresos y reputación, quedando atado a un sistema que no puede garantizar la operativa en los momentos críticos.
Una oportunidad perdida para los restaurantes
Imaginemos un viernes por la noche: un restaurante de tamaño medio recibe un flujo constante de pedidos online. Sin embargo, en la franja más fuerte de consumo, Glovo no cuenta con suficientes repartidores. Resultado: docenas de pedidos se cancelan, los clientes optan por otras opciones y el restaurante ve cómo su facturación se desploma justo en el horario de mayor rentabilidad.
Para negocios que dependen cada vez más del delivery, esta falta de control no solo frena su crecimiento, sino que compromete su relación con los clientes.
Catcher hace legal el modelo autónomo
Es normal que estén fallando las plataformas… las limitaciones del modelo puramente laboral hacen inviable una flota flexible, eficaz y con coste ajustado a lo que necesita el cliente de delivery.
Es una realidad. Lo malo es que lo hemos aprendido a las bravas.
Pero Catcher devuelve el poder a los riders: funciona con un marketplace de repartidores autónomos, donde cada pedido se lanza a miles de riders en perfecta competencia.
Con más de 20.000 repartidores en más de 350 ciudades de España, Portugal y Alemania, el modelo es simple y efectivo:
El restaurante define cuánto está dispuesto a pagar, el repartidor fija su tarifa y, cuando coinciden, se produce el “match”.
En picos de alta demanda, los restaurantes pueden ajustar su oferta para atraer a más repartidores y evitar perder pedidos clave.
¿Quieres saber cómo funcionaría en tu restaurante?
Ejemplo práctico
Un restaurante mediano que recibe 200 pedidos en un fin de semana puede perder una parte significativa de su facturación si Glovo cierra su tienda por falta de riders. Con Catcher, cada pedido se lanza a un entorno abierto y competitivo, aumentando las probabilidades de que siempre haya un repartidor dispuesto a entregarlo.
Delivery propio, rentable y previsible
Mientras las grandes plataformas continúan priorizando sus intereses, Catcher apuesta por lo contrario: poner el control en manos de los restaurantes y ofrecerles un ecosistema flexible donde el delivery deja de ser un problema y se convierte en una oportunidad de crecimiento.
En definitiva, el futuro del delivery no pasa solo por cocinar bien, sino por garantizar que cada pedido llegue, a tiempo y en condiciones. Y ahí es donde Catcher marca la diferencia.
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